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Por Sabela Mendoza Fernández para A cuerpo de Baile


Hoy es mi último día de Costa Contemporánea, el último día de la mejor inmersión en danza que he podido disfrutar en mucho tiempo. Tanto, que no he conseguido encontrar ni un segundo para actualizar el diario de danza, hasta hoy. Es difícil explicar la experiencia sin estar aquí. Pero lo voy a intentar.

Lejos, muy lejos de la vida cotidiana y de la rutina, llegando al parque natural de Cabo de Gata, en Níjar, Almería, existe un lugar donde disfrutar de la danza de la mañana a la noche. Un lugar que además es un paraíso natural y que en estos días está habitado de personas en movimiento, en transformación, en compañía y, en definitiva, en muy buen rollo.

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Desde Madrid el viaje es un poco largo, pero todo se olvida y se deja atrás cuando se comienza a ver el paisaje desértico, montañoso, arenoso, casi lunar, de Almería. Y su línea azul en contraste al fondo. Hemos llegado al mar. Cinco días por delante para dedicarse en cuerpo y mente a la danza, sin olvidar el entorno, la naturaleza y toda la vida que nos rodea en este espacio maravilloso.

En esta IV ediciónde Costa Contemporánea nos acompañan Jordi Cortés y Cobosmika, la compañía creada por Olga Cobos y Peter Mika. Aquí van unos trocitos de lo que hemos estado construyendo estos días:

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Sigue leyendo en el Blog A cuerpo de baile de Sabela.

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La esencia de la creación, 'Material inflamable'

Los días 24 y 25 de noviembre, el Teatro Central se vistió de gala con una de las programaciones más imprescindibles de la temporada, 'Material inflamable', de Guillermo Weickert. Una pieza que tras recorrer importantes espacios escénicos y girar, sobre todo, por los senderos interiores de Guillermo, llegaba al Central revisada en un formato si no definitivo, sí completo, coherente y conmovedor.

Partimos del principio de que no habrá crítica que haga justicia a lo que evoca esta pieza. Nadie con sus palabras, negro sobre blanco, podrá acercarse mínimamente al efecto y contenido que pudimos ver en Sevilla. Acercarse a tan inmensa fuente de sensaciones y materiales me provoca un sentimiento de alta pequeñez. Me acerco con cuidado y máximo respeto, y advierto de que lo que aquí escribo probablemente solo será apto para apasionados y defensores del arte escénico. Quien desee saber más o entender lo que aquí narro, solo tiene que perseguir lo que espero que sea

 la gira más fructífera de Guillermo Weickert.

Una gran luz blanca nos recibe inundando la sala, y Guillermo, en una esquina, nos espera paciente, cara a cara. Estamos todos al descubierto y él sin esconderse ya está haciendo su declaración de intenciones. A partir de ahí, nada esconderá. Nos da ese lugar protagonista o acompañante de público cómplice a su cara descubierta y nos dice que sin ambages nos está esperando. Comienza el espectáculo luminoso y sincero.


Como si de una obra épica se tratara, viajamos durante casi una hora sin descanso. Unagesta por caminos distorsionados que componen, descomponen, deshacen y enhebran los materiales del coreógrafo. Nos adentramos en nudos de creación interiormostrados en un cuerpo imponente que tensa las posibilidades físicas y creativas. La información se acumula y nos emborrachamos girando o siguiendo brazos que dibujan ochos infinitos. Con su cabeza y sus manos estamos dentro, estamos en Guillermo, en su pasado, en sus fuentes... en su material. Borrachos de movimiento, entramos en trance, no nos mareamos, seguimos un lenguaje lógico que repite para innovar, que juega para reinventar, que siembra para regalar, con el que discute y disfruta.

El cuerpo se hace infinito, múltiple y sobrenatural. Los yoes personales sobre el escenario nos dicen "aquí estoy", no hay más o lo hay todo, soy yo y mi trayecto, desnudo me muestro. En una especie de metaescena, vemos y recibimos tanta información y estímulos como puede haber en la mente de un coreógrafo, nos acercamos a sus contradicciones, a su deseo de transmitir y bailar. Y se nos empieza a inflamar el pecho porque estamos recibiendo esa intensidad nerviosa del creador que con deseo y pasión quiere soltar lo que tiene dentro, pero que pelea en ocasiones con las barreras para saltarlas y volverlas a construir.

Está solo y acompañado por su pasado y su presente, por tanto aprendido y vivido, pero está acompañado, porque desde el principio, bajo una luz blanca y mirándonos calmo, nos dijo: aquí estoy y aquí estáis. Entonces quiere más, pero se angustia, se vuelve a enrollar en sí mismo, se frena en la fluidez o se deja llevar y rebota su cuerpo en incesantes quiebros que nunca esperamos, que siempre sorprenden.

La tela es dorada, la vemos tendida sin construir aún en el suelo, la luz viaja con élde oscuros, íntimos y sugeridos momentos a otros más abiertos. Pero siempre viaja, como viaja con él su equipo, porque Paloma Parra está respirando con él para abrirle las estancias que necesita y prender las chispas más oportunas.

Es una noche dorada, de galas y reflejos, de fuegos. El dorado, como color propio de la escena, del teatro, como color de lo fastuoso, del lujo... puede ser impostado, puede ser ficticio o puede ser incandescente como el fuego. Cuando la tela sube yenmarca el espacio y se refleja en nuestras caras, las contradicciones cogen su sentido, e iluminada exquisitamente y ondeada por vientos suaves se convierte en los rayos eternos del creador. Lo dorado es grande, es luminoso, es pasional, pero también es reflejo, apariencia y superficialidad... Se trata en 'Material' entonces de darle calidez a esas contradicciones y quitarle al oro su papel de impostura para darle la máxima calidez. Guillermo, con su sinceridad y su viaje, le da al oro el tono más rojo, el de la pasión y la sinceridad.


Y seguimos viajando sin parar por movimientos que entran y salen del cuerpo, que se abren para volver a entrar, porque estamos saliendo y entrando por sus miembros, como lo hacemos con él, con el coreógrafo. Viajamos por ese espacio externo de la escena y por el interno del creador. Y vuelta a empezar, no acaba, puede ser infinito, cuánta capacidad tiene un creador de dar, dónde está el límite a tanto como quiere expresar, como tiene dentro. Y vuelta a caer cruzando las piernas en un 4 y vuelta a la contorsión... Me desconcierto ante las capacidades, me dejo llevar, me emborracho, ya soy suya, no hay vuelta atrás, estoy en su mundo y quiero más.

Cuando reposa y marca la pausa con su gesto, su mirada y potente dominio conocido de la interpretación, me hago cómplice y entiendo, entiendo y agradezco estar ahí, en su mundo de sufrimientos, de ardores y desconciertos. Una perspectiva sobre su gesto, sobre lo vivido, lo aprendido. Mirar atrás, construir pisando sobre lo aprendido, visto. Pisar sobre los caminos duros del creador, del bailarín con un aplomo difícil de ver. Y entonces camina por la tela más bella, su tela dorada, camina y discute sobre sí mismo, consigo mismo. Una esquizofrenia deliciosa. Pisar sobre un camino que brilla, quema y lleva galas. No está solo porque tiene entidades e identidades distintas, opuestas y complementarias, inseguras o luchadoras, enrabietadas y tristes, con humor y descaro.

Y sigue construyendo, como construyen los ruidos que nos evocan obras de magnas construcciones. Así, sigueconstruyendo el escenario del creador, con imponentes y elevados soportes y pilares grandes que cuesta tanto levantar, así, a golpes, con ruidos violentos que no generan tanta inquietud porque él se asume en estos vaivenes interiores y físicos.

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Estamos ante una pieza de lo peleado, lo roto, lo sufrido, pero lo siempre querido y deseado, lo gozado, lo reído. A lo que se le quita hierro o se le da peso y aturde, de lo que se ríe o burla como si le sacara la lengua a pasados que ya no tienen sentido, o sí. Y es que además hay humor. Cuando un artista sabe llevarte de la mano por tortuosos caminos vandeándote entre la tragedia y el humor o te acerca con la risa a terrenos duros y dolorosos o nostálgicos... te quedas ahí, incrustado. Te atrapa y quieres levantarte y hacerle una reverencia. Eso es, me provocas, me has pillado, no me lo esperaba, sigo contigo, haz lo que quieras conmigo, estoy en tu mundo. Desmitificarlo todo a la vez que le da el peso que tiene es grande, es inteligente.

Y esta pieza es inteligente, mucho, y pura y generosa, tanto que abruma. Entonces para, mira a los ojos, siento que me mira y me dice alto y claro, de nuevo, aquí estoy, esto soy, ni más ni menos.

Sorpresa la del Peta Zeta que agradezco y disfruto: saborear algo que pica, salta, incendia la boca... Siento que lo vive todo, que todo le chisporrotea desde el interior, lo vive desde dentro. Y se ríe de ello para pisarlo y quizás desecharlo.

El gran impacto que produce esta pieza, que desde que acaba quisieras volver a ver, me hace pensar en el papel del público.Abrumado por tanta sinceridad, por tanta claridad, tanto corazón abierto, tanto mundo interior, se ha convertido un poco en ese coreógrafo de contradicciones que busca materiales o que vive con ellos. Estamos impregnados de sus tortuosos y felices caminos y siento hasta vergüenza de haber entrado en su habitación, de haber visto y sentido tanto de él. Me quedo sin palabras, necesito quizás retirarme a la mía para volver a entrar a la que me dio paso con tanta generosidad. Pero estoy apabullada, aunque quiero más.

También quiero bailar, quiero moverme, expresarme, sentirme, conectar conmigo misma, porque inflama los corazones y los cuerpos, porque ha sido capaz de saltar hasta nosotros, meterse en nuestras cabezas con amor y sinceridad. La emoción ha acelerado los corazones, que ya no saben si llorar o reír, risa nerviosa. Las grandes vivencias aceleran al hombre, los sentimientos de verdad, los nervios de cuando sentimos con plenitud. Hemos percibido esencia, puereza y cuesta recuperarse.

El colofón final, un vídeo corto deliciosamente pensado, ejecutado, interpretado, dirigido, da la punzada final al corazón. Elteatro en todo su esplendor, con sus galas de nuevo pero aún más evidentes, con sus plumas y maquillajes. La belleza más grande y la más decadente al mismo tiempo. A un ritmo perfecto, acuna el final para dejarnos reposar la intensidad vivida y depositar las vísceras que Guillermo nos ha regalado en nuestros brazos, queremos acunarlo todo, queremos acariciar tanta nostalgia, llorarla, pensarla, sufrirla o disfrutarla.

Y es que esta pieza es, además de todo, de un gran equipo, el de las grandes epopeyas, con un Guillermo para mí inmenso,Paloma Parra, con la iluminación, espectacular, Vitor Joaquim con la música perfecta, y un vídeo final desde hoy imprescindible.

Siento algo extraño, siento que pierdo algo, siento tristeza, pero mucha alegría, he visto la esencia, he visto la verdad más clara en mucho tiempo, la emoción pura, me he sentido pequeña y grande, me he sentido llena de amor, de sensaciones que hacía tiempo no alcanzaba, he sentido que aquí radica el sentido de lo que más amamos, aquí está el sentido de la creación, del acto escénico, del amor por la danza. Y no quiero nunca dejar de estar cerca de todo ello, porque con 'Material inflamable' se ama de verdad la escena...

... Se ama de verdad.

 

Texto: Nerea Aguilar
Fotografía: @Pollobarba

Estreno del vídeo promocional de Material Inflamablehttp://guillermoweickert.com/?p=1086
 
Material Inflamable en Costa Contemporánea: https://www.youtube.com/watch?v=jlHbixAGHCI

Material Inflamable en Teatro Central Sevilla: https://www.youtube.com/watch?v=QJHL7YrFclk
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Roberto Oliván estrena "A place to bury strangers" (ver vídeo) en el Mercat de les Flors del 18 al 20 y del 25 al 27 de enero de 2013.

Por este motivo, compartimos con vosotros este artículo de Nerea Aguilar para Danza Ballet sobre el artista:

 

Roberto Oliván, la coherencia de un artista comprometido y multidisciplinar

De Roberto Oliván (Tortosa, 1972) podemos valorar su paso por PARTS (Anne Teresa de Keersmaeker, fundadora de la compañía Rosas, para la cual él también bailó), su contacto, también en su residencia en Bélgica durante doce años, conBob Wilson y Trisha Brown, su estudio de las artes circenses; es decir, podemos valorar su poderosa y potente trayectoria artística.
Pero lo que diferencia a los grandes artistas no es su currículum, sino el uso que hagan de él, de sus experiencias, de su entorno, del tiempo que va cambiando a su paso por la vida, de su filosofía sobre el arte, sobre la vida, sobre la sociedad, sobre el ser humano, y cómo esto realmente sepan fusionarlo, como camino obligatorio de entenderse a sí mismos y su arte, para darle forma en un espectáculo. 

Roberto Oliván es por tanto un artista contemporáneo, que se ha dejado seducir sin miedos por las disciplinas, que ha sabido fusionar lo popular y lo elevado de la técnica, porque su mente es dinámica y enérgica y no entiende el arte de otra forma que, por tanto, no sea de varios ámbitos; un arte nunca estático, siempre en movimiento porque el artista se alimenta de todo lo que le rodea. Y consigue que su coherencia traspase la escena y no sea simplemente un propósito de creación, en el que se decide llevar a cabo una fusión de elementos, gentes, temas porque es lo bueno o lo que se lleva, sino que consigue una coherencia consigo mismo a partir de entender el arte como algo orgánico en continuo movimiento, como es el ser humano en sí mismo, que “entra en una cadena de acción-reacción”.

 

 

 

De farra cartel


El arte como expresión de lo que está sucediendo, y lo que sucede a nuestro alrededor no es algo aislado, no podemos extrapolarlo de tantas otras cosas de las que se alimenta. Lo que está sucediendo hoy día se da en las calles, en los barrios, en los pueblos, en las plazas, en los mercados. Algo pasa también en nuestras cabezas, cuando nos hacemos las preguntas de siempre sobre nosotros mismos y nuestro camino a la felicidad, cuando buscamos disfrutar de la vida y aprovecharla al máximo, cuando nos preguntamos qué queremos. Porque como un animal, Roberto, está olisqueando a su alrededor, saboreando las cosas y generándose preguntas.

Roberto Oliván arriesga, crea espontáneo, evita el miedo y se sale del formato típico de la danza contemporánea y del público que se espera de ella y del espacio que le sirve de acicate para sus creaciones.

Su compañía Enclave es de nuevo otra muestra de su contemporaneidad. Es trabajar en grupo pero no olvidar al individuo, porque no podemos olvidarnos de nosotros mismos en estos tiempos, pero estamos en sociedad y rodeados satisfechos de individuos de muy distintas procedencias.

El kiosko de las almas perdidas 


Y se lo ha querido comer todo desde sus creaciones. Porque ve de absoluta naturalidad y orgánico un arte que junte todas estas cosas y las muestre bajo las formas del arte circense y la danza contemporánea. Los artistas de circo son fuertes, son enérgicos, son hábiles físicamente, y si consiguen salirse del bloqueo muscular pueden ser grandes bailarines. Y el circo no tiene por qué reñir con la danza. De la danza le interesan otras cosas, la técnica, pero sobre todo ese camino a lo personal, esa indagación en el yo del ser humano. Se le abre entonces un gran abanico de posibilidades que coge con la soltura de quien no le teme a la acción, sea física o interior.

La modernidad está también en lo cotidiano, y Roberto se alimenta de lo cotidiano para sus creaciones. Lo cotidiano como muestra de las gentes que le enseñan. De ellas aprende las filosofías que descubre en sí mismo, y sin darse cuenta repite métodos de creación que le llevan a esa cercanía con la gente, se sale de su sala, de la típica cerrazón de los “artistas”, encerrados en su ego, para abrir sus puertas a lo normal, lo popular y lo inmediato por ser cercano y vivo.

El hombre contemporáneo es aquel que también sabe de sus contradicciones y que aprende de ellas, como Roberto, de sus raíces de pueblo y su vida en las grandes ciudades. De todo se puede aprender y todo nos enriquece.

De todo este conglomerado salen piezas como De Farra. La fiesta en la calle es el origen, la música, la mezcla de personas, de influencias de diversos países, la mezcla de colores, sonidos y energías, como el mismísimo Kusturica.

Homeland supone el verdadero reflejo de la fusión bien hecha de gentes de circo, bailarines y músicos en directo. La cercanía entre los mundos se produce poco a poco, mientras los de circo se despojan de su rigidez y se van adentrando en el mundo de las emociones, los bailarines deben trazar su línea en sentido contrario, hacia lo acrobático. Así, Homeland no puede ser ni danza ni circo, puede serlo todo o puede no ser nada, porque no tiene por qué tener una etiqueta, porque al llegar a la coherente naturalidad no distingamos tan claramente los mundos, sino que los disfrutemos como lógica de acción-reacción bajo esa proximidad física e interior en la que indaga.

El kiosko de las almas perdidas nace de nuevo de un hecho cotidiano, del movimiento y la vida que se produce en una lonja de Vigo. Esta pieza es un encargo del Centro Coreográfico Gallego y por tanto el proceso es diferente, las dificultades son otras, pero a pesar de eso ahí está su cabeza, buscando en las preguntas eternas sobre las normas de la sociedad, la búsqueda de la felicidad, el lugar del individuo, etc.

Roberto quiere volver a su trabajo multidisciplinar; quiere retomar el circo para sus creaciones, porque lo echa de menos. No sabemos si lo que echa de menos es la diversión que aporta con energía el circo y lo gustoso de verlo dado de la mano de la belleza de la danza, o si, por el contrario, lo que echa de menos es tener la sensación de que abarcando más y sin miedo está llegando a sentirse más en su yo, porque está abierto al otro, y el otro es tanto y tan grande y el verdadero artista tan abierto y tan generoso que obligatoriamente se tiene que producir un placer vital en su creación.

 

 

El kiosko de las almas perdidas



Y es que no quiero que alguien que despliega y “malmezcla” medios y ámbitos artísticos me diga que es Artista, no quiero que alguien desde lo alto, arriba en las esferas, se proclame comprometido con su sociedad, su tiempo, la vida y toda la filosofía e intelectualidad que cree poseer; no quiero acudir a grandes teatros o pequeñas salas, me da igual, para ver lo mismo mientras que quien lo muestra se cree el más moderno. No quiero, por tanto, que creen para mí, para mis ojos, es decir, artificialmente para impresionarme. El espectáculo llega a mis pelos para ponerlos como escarpias si me lo das con sinceridad. No quiero las incoherencias creativas y personales de artistas con aires de grandeza; quiero la humildad, quiero el sentido lógico y sano y natural de quienes crean desde su yo humilde y abierto, que lo ofrecen a la gente más normal, con la generosidad de saberse igual, con la espontaneidad de la energía de querer vivir-crear sin los límites que ponga ni el ego ni la hipocresía.

Pero este tipo de artista está en extinción. Roberto Oliván es ese animal en extinción, al que hay que buscar en el Delta del Ebro y “en clave” de muchas cosas, y que gracias a él, como a otros, la naturaleza artística contemporánea muestra la cercanía a la realidad de lo que creíamos ideal.

 

Texto: Nerea Aguilar
Publicado en Danza Ballet

Añadimos aquí un par de fotos tomadas durante la improvisación de Roberto Oliván en la Noche de Danza, Costa Contemporánea 2012:
Fotografías de @Pollobarba

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3 PROCESOS DE CREACIÓN

Convocatoria 2011

3 processos

La Porta abre una convocatoria pública para participar en la 3ª edición del proyecto.


Dirigido a artistas, no necesariamente procedentes de las artes escénicas, que se encuentran al inicio de su trayectoria e interesados en realizar su investigación a partir del cuerpo y la presencia.


Más que una oportunidad para producir una obra concreta, 3 procesos de creación propone un espacio de formación y práctica: ofrece un acompañamiento especializado y las condiciones necesarias para llevar a cabo un proceso de creación propio, desde el momento de concepción de la propuesta hasta su eventual presentación pública.

El objetivo es brindar a aquellos que abordan sus primeras creaciones un marco que les permita experimentar y elaborar sus ideas sin presiones, al tiempo que les facilita la oportunidad de confrontarse con momentos de diálogo, crítica y análisis, imprescindibles para profundizar en la materia del trabajo y su posterior maduración.

Condiciones que ofrece el proyecto: apoyo económico, cesión de espacio de ensayo, coaching artístico profesional, sesiones de muestra y reflexión sobre el proceso, asistencia técnica especializada, momentos de presentación pública, documentación, asesoramiento administrativo.

3 procesos de creación no cubre los gastos de alojamiento, desplazamiento y/o dietas de los participantes.

Es imprescindible el compromiso de disponibilidad en el periodo de ejecución efectiva de la práctica: dos meses intensivos (septiembre-octubre) y los dos momentos de presentación (novembre 2011 i enero 2012). Calendario detallado, más información sobre el proyecto y proceso de selección aquí.

Los candidatos deberán enviar una carta de presentación, exponiendo su interés y motivaciones para participar en el proyecto, a info@laportabcn.com. Se podrá adjuntar toda la información y los materiales que se considere oportunos: formación, experiencias anteriores, referentes, líneas de trabajo actual...

FECHA LÍMITE DE PRESENTACIÓN DE PROPUESTAS - 15 DE MAYO

3 procesos de creación es un proyecto de La Porta, coordinado por Sergi Fäustino y con la colaboración de La Poderosa, La Caldera y l'Estruch de Sabadell.
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